domingo, 13 de febrero de 2022

Rafael Barceló Fiol

Un músico menorquín en la Marina Española de la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX


Rafael Barceló Fiol
Rafael Barceló Fiol
(Foto 1)
Obran en mi poder unos documentos relativos a la vida personal y profesional de Rafael Barceló Fiol, tío y padrino de mi padre, Miguel Barber Barceló. Éste
 lo conoció personalmente y dejó redactadas unas notas sobre los detalles más relevantes de la vida de su tío, tal y como él se las había narrado.
 
Dichas notas, junto con los documentos hallados, más una exhaustiva búsqueda por internet y la lectura de la bibliografía que se detalla en este escrito, han hecho posible obtener una pequeña biografía que nos permitirá hacernos una idea de cómo podía ser la vida de un músico de la marina en la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX. 

Para completar la información solicité su expediente al Archivo Central del Cuartel General de la Armada, quienes me respondieron muy amablemente, si bien sólo me proporcionaron la copia de un documento del que ya disponía. 

Por último quiero mostrar mi agradecimiento a Ángel Luís Cervera Fantoni con quien me puse en contacto por mail a través de la web www.almirantecervera.com. Me respondió corroborando y revisando algunos datos y me autorizó a utilizar una de sus fotografías.


Primeros años

Rafael nació en Mahón el 7 de septiembre de 1866, en plena segunda mitad del siglo XIX, por lo que le tocó vivir una época llena de acontecimientos históricos en los que había de verse inmerso por diversas circunstancias. En esos tiempos Mahón gozaba de una importante vida cultural, destacando el arte musical y las óperas que se ofrecían cada temporada. Estas óperas eran posibles gracias a la participación de las gentes de la isla en la composición tanto de la orquesta operística como en la del coro de la ópera. 

Su hermano, Juan Barceló Fiol, participaba como clarinetista en la orquesta de la ópera, al igual que su cuñado, Lorenzo Barber Sans, que unas veces intervenía como violín y otras como viola segunda. Rafael, siguiendo los pasos familiares ingresó, muy joven, en la Escuela Municipal de Música, eligiendo como instrumento el clarinete.

En esos años la enseñanza musical requería de una férrea disciplina, como bien nos explica Miguel Barber Barceló: “… El educando estudiaba a la perfección el solfeo con sus tres llaves. Superadas estas dificultades, y lograda una lectura fácil y segura de primera vista, se le iniciaba en el transportar.
Llegado a este grado, se le ejercitaba en el instrumento elegido y volvía a empezar la rígida disciplina...” (1)

Su destino parecía trazado, trabajaría en la pequeña industria de calzado de sus padres y, en sus ratos libres, se dedicaría a la música, llegando a formar parte, presumiblemente, de la orquesta de la ópera. Pero finalmente el destino llevó su vida por otros caminos totalmente inesperados.

Enrolamiento como "educando"

Rafael Barceló Fiol
(Foto 2)
En 1883 visitó el puerto de Mahón una división de la Escuadra Nacional, de la que formaba parte el buque insignia (2). Parece ser que el director de la banda de música del barco tenía intenciones de surtirse de músicos menorquines. En estos momentos Rafael, que contaba con 17 años, destacaba por su pericia con este instrumento.

Así relata Alfonso Buenaventura en su obra Diario de Navegación la llegada de la Escuadra de Instrucción al puerto de Mahón en el año 1883:

En enero "... El 13 se sabría que el comandante General de la Escuadra había presentado a través del Ministerio de Marina al de Fomento un proyecto para fondear en la Plana de Calafiguera un cierto número de boyas destinadas a facilitar el amarre de las unidades de la Armada en sus escalas o permanencias en este puerto ..."

En el mes de mayo: "A las nueve de la mañana, la vigía de la Mola anunciaba estar a la vista las cuatro fragatas blindadas pertenecientes a la escuadra de Instrucción que volvían a este puerto... la capitana Vitoria, … la Numancia y… la Sagunto y la Zaragoza …".

En junio de 1883 "… se anunciaba la elección de la goleta Virgen del Carmen para ser fondeada frente al Paseo de la Alameda para albergar el poste empleado para la celebración del capellet de este año. Esta actividad, la actuación de las bandas de música del Regimiento de Mindanao y de la escuadra de Instrucción, serían las encargadas de animar la tradicional y popular verbena del día de San Pedro. Por su parte, la Comandancia de Marina anunciaba la celebración de regatas a vela y a remo…(3).

En esa época la Escuadra de Instrucción de la Armada Española utilizaba el puerto de Mahón tanto para invernar, como para realizar escalas en el transcurso de las diferentes operaciones que llevaba a cabo o para hacer reparaciones. No olvidemos que el puerto de Mahón es uno de los puertos naturales más grandes del mundo, lo que le permite acoger embarcaciones de gran calado para resguardarse de los temporales.

De alguna forma, al director de la banda de música le llegaron comentarios sobre las capacidades de Rafael con el clarinete, por lo que decidió ofrecerle la posibilidad de incorporarse a la misma. La juventud del muchacho era un impedimento para los planes del director ya que, debido a sus pocos años, no podía contratarlo como músico. Para solventar el problema decidió incorporarlo como "educando", a la vez que le hizo prestar el servicio militar obligatorio en la armada, en campaña adelantada, hasta que llegara el momento de incorporarse como músico contratado. Así pues, una vez obtenido el permiso paterno, este joven mahonés se incorporó a la banda como "educando" e inició una vida que habría de ser marinera y, por azar de la misma, militar y de valor probado.

Rafael Barceló Fiol en 1895
(Foto 3)
En esa época era habitual la figura del "educando de banda", es decir, jóvenes menores de edad que ingresaban como aprendices de futuros músicos y que, con la mayoría de edad, podían luego seguir como músicos contratados. Los "educandos" eran llamados también "músicos de plaza" para diferenciarlos de los "músicos de contrata" y eran buscados entre los jóvenes con mejores aptitudes musicales, como le sucedió a Rafael. Eran instruidos por el músico mayor o por los músicos de contrata.

A lo largo del siglo XIX la música militar alcanzó una gran importancia y por ello se produjo, consecuentemente, el aumento del número de bandas militares. Se las denominaba "músicas" y aparte de los reglamentarios actos militares, participaban en actos populares, festivos, religiosos, etc., tal y como se ha descrito anteriormente.

Contratado como músico de primera

Rafael Barceló como clarinetista de la Banda de la Armada
Rafael Barceló como clarinetista
de la Banda de la Armada
El 6º de la fila superior
empezando por la izquierda.
(Foto 4)
Una vez pasado el periodo de "educando", Rafael fue contratado llegando a músico de primera. La Reforma Lersundi de 1857 permitía esta modalidad. Las músicas estaban incluidas en la Plana Mayor.

En la contrata se especificaba que tanto los músicos mayores, denominados más adelante "directores", como los contratados, seguirían la suerte de su regimiento, tanto en época de guerra como de paz. Así pues, acompañaban a las unidades en sus campañas militares y, si era preciso, debían de colaborar en el combate.

Las músicas de Infantería de Marina estaban formadas principalmente por clarinetes, trompas, cornetas, fagots, oboes, flautas, saxofones, flautines, percusión, etc. Según el Real Decreto de agosto 1893, las músicas estaban compuestas por 33 instrumentistas.

La Real Orden de 1875 de reorganización de músicas del Ejército militarizó los músicos y los clasificó en músicos de 1ª, 2ª, y 3ª clase, en cambio la Infantería de Marina mantenía los músicos de contrata y a la vez incluyó igualmente la división en músicos de 1ª, 2ª, y 3ª clase. La música seguía dependiendo de la Plana Mayor (4). Así pues, los músicos contratados en Infantería perduraron hasta la reforma de 1875, sin embargo, el cambio no llegó a la Armada hasta el año 1909. Pero de este tema, y de como afectó a Rafael, ya nos ocuparemos más adelante.

El Desastre de Cuba

La primera noticia documentada sobre su vida marinera es de 1898, año en que se perdieron las colonias españolas. En ese momento Rafael contaba con 32 años. Participó en el combate de Santiago de Cuba del 3 de julio de 1898, del que resultó superviviente del crucero protegido Infanta María Teresa. En la dotación del barco la música se encontraba asignada al Estado Mayor. 

Certificado de embarque en el crucero Infanta Maria Teresa
Certificado de embarque en el
Crucero Infanta María Teresa
(Foto 5)
El certificado expedido en fecha 19 de septiembre de 1898 por Don Antonio López Cerón, teniente de navío de la Armada, oficial del Estado Mayor de la Escuadra de Instrucción y encargado de la Banda de Música de la misma, expone que “… el día 3 de julio último se encontraba embarcado en el que fue acorazado Infanta María Teresa, en calidad de músico contratado el individuo Rafael Barceló Fiol, el cual según los derechos que le conceden su equiparación con las demás clases eventuales de la Armada según contrata, y con el sueldo de 25 pesos en España y 50 en ultramar, tiene ¿afección? a las pagas de indemnización por naufragio y para que surta los efectos administrativos correspondientes por pérdidas en combate de la documentación del referido Estado Mayor le expido el presente en la mar a bordo del vapor …”.

La Escuadra de Instrucción, al mando del almirante Pascual Cervera Topete salió el mes de marzo de 1898 de Cartagena con destino a Cádiz y a principios de abril puso rumbo a Cabo Verde, a donde llegó día 14.
 
El buque insignia era el crucero protegido Infanta María Teresa, al que acompañaba el crucero Cristóbal Colón. Más adelante se les unieron el crucero Oquendo, el crucero Vizcaya, los cazatorpederos Terror, Furor y Plutón, así como los torpederos Ariete, Rayo y Halcón.

A principios de mayo llegaron a Fort de France, en la Martinica, donde se ocuparon de la recogida de carbón. Pasaron por Curazao, para entrar finalmente, el 19 de mayo, en Santiago de Cuba de la siguiente forma:  

Al pasar por entre el Morro y la socapa el Infanta María Teresa con la insignia de comandante general a bordo”, el crucero Reina Mercedes, que estaba acoderado junto a la Socapa, le hizo la salva de Ordenanza. La música de barco insignia ejecutó la Marcha Real y la marinería, subida a las vergas, vitoreó a España…”. (5)

No es difícil imaginar el sentimiento que debía provocar un momento así en esos hombres alejados de su familia y con un futuro más que incierto, que no se atreverían siquiera a concebir.

A finales de mayo los americanos emprendieron un bloqueo a la armada española en ese puerto y tuvieron lugar varios ataques de los buques enemigos a cañonazos.

Enfrentamiento entre el Crucero Infanta Mª Teresa y el Brooklyn
Enfrentamiento entre el Crucero
Infanta Mª Teresa y el USS Brooklyn

(Foto 6)
Finalmente el 3 de julio se produjo el combate fatal. 
 
La intención de Cervera era que solo se enfrentara a los buques enemigos el crucero Infanta María Teresa, para que el resto de sus naves pudiese escapar del bloqueo con el menor daño posible.
 
Al salir nuestra flota, el Teresa atacó al buque enemigo más cercano, el Brooklyn. Entonces, los cuatro acorazados enemigos que estaban cerca del Teresa, le atacaron con tal fuerza que le produjeron daños importantes. Le inutilizaron la máquina, se produjeron varios incendios en las calderas y se vieron afectadas varias tuberías y la abundante madera del buque ardió con suma rapidez. Ante una situación tan trágica y para proteger a sus hombres, Cervera ordenó acercarse a la costa y varó el barco cerca de punta Cabrera. Muchos llegaron a la costa a nado casi desnudos.
 
Los demás barcos que acompañaban al Teresa sufrieron una suerte parecida. Unos embarrancaron como el Vizcaya, otros, como el Oquendo, se estrellaron contra unas rocas. El comandante del Colón, alcanzado por los navíos perseguidores, decidió abrir las válvulas de fondo del buque con la intención de que se hundiera y evitar que cayese en manos enemigas. No en vano se ha denominado a este acontecimiento "El Desastre de Santiago de Cuba".

En este combate, mientras los americanos tuvieron solamente un muerto y dos heridos, la escuadra española perdió 323 hombres y tuvo muchos heridos. Los supervivientes perdieron todas sus pertenencias y fueron hechos prisioneros.
 
Según el foro Todoavante en esas fechas iban embarcados en el Infanta María Teresa 66 marinos, de los cuales 41 eran músicos. Se detallan los siguientes:

"...Alcantara Díaz, Gabriel; Alles Fabrer, Juan; Amoros Valero, José; Barceló Fiol, Rafael; Camps Infet (Tule), Amador; Canals Soler, Manuel; Caro (Carón) Moreno, Manuel; Cespón (Cesrón) Expósito, Manuel; Correa Prieto (Nieto), Francisco; Eleuterio López, Antonio; Estevez García, José; Eusebio Expósito, Valeriano; Garrido Carrasco, Juan; Jiménez Pérez Tomás; Marpilla Albarrán, Juan; Martí Escarre, Juan; Martínez Martínez, Francisco; Martínez Rodríguez, José; Martínez Rosales, Juan; Millán Camean, Juan Bautista; Min (Nin) Coch, José; Múñoz Enamorado, Juan; Orozco Ramón, Mariano; Paz Franco, Jesús; Pellicer Ponseti, Bartolomé; Pesqueira, José; Piña Piñeiro, Pedro; Ponce Ruitort (Riutort), Feliciano; Quintana Guerra, Juan; Riera Urgell, Antonio; Ruíz del Valle, José; Sanz (Sans) Feliu, Juan; Sopena Montesinos, Salvador; Soto Casanova, Ramón; Suárez Aguirre, Valerio; Tinoco Sánchez, José; Torralba Pons, Miguel; Tovera García, Francisco; Turro Denclar, Andrés; Utrera Calle, José; Vega Capitán, Casimiro". (6)

Prisionero de EEUU

Al hundirse el crucero Infanta María Teresa, sus náufragos fueron recogidos por diferentes barcos americanos. Así, en la mañana del 4 de julio los heridos en el combate fueron transportados al Solace, para ser atendidos, mientras que los sanos fueron llevados al Harvard y enviados al norte, concretamente a Portsmouth. El centro de detención era un cercado con ocho barracas, cocina, cuartos de oficiales y otros edificios de servicio. Popularmente fue denominado Camp Long.
 
Cervera fue alojado, junto con algunos oficiales, en Annapolis, donde fueron bien atendidos. Durante el tiempo que estuvieron el almirante fue a visitar a los prisioneros en varias ocasiones.

La prensa menorquina trataba de informar a la población de estos acontecimientos que afectaban a toda España y, de forma particular, a la isla, ya que algunos de los prisioneros eran menorquines.

Las listas de los presos de la destruida escuadra Cervera se iban completando a medida que se recibía el correo que iba llegando. En ocasiones eran las propias familias las que al recibir cartas desde Portsmouth lo comunicaban a la prensa.

La primera noticia se publicó el 18 de agosto de 1898. Se trataba de una carta escrita conjuntamente por varios marineros desde Portsmouth. Estaba firmada por Manuel Cespon, Juan Sans Feliu, Bartolomé Pallicer, Rafael Barceló y N. Martinez, los cuales participaban a sus respectivas familias que se encontraban bien y que se les trataba correctamente. Se mencionaba, como dato curioso, que Manuel Cespon, contratado de primer clarinete en la música de la escuadra, se salvó al haber conseguido asirse al bombo, con el cual pudo llegar felizmente a tierra.

También llegó otra carta del condestable del acorazado “Infanta María Teresa”, señor Serra, hijo del contramaestre del arsenal de Maó, en que comunicaba que se encontraba bien (7).

El Liberal de día 19 de noviembre continuaba aportando nuevos nombres de paisanos que se habían salvado. Uno de ellos fue el joven Ramón Pons, natural de Es Castell y condestable del Teresa, y dos jóvenes más, del mismo pueblo, de quienes se desconocía el nombre
(8).

Finalmente, el 12 de septiembre de 1898, todos los prisioneros fueron liberados para regresar a España (9). Regresaron a bordo del City of Rome, llegando a Santander el 19 de septiembre del mismo año. En él iban embarcados "2 almirantes, Chacón y Cervera, 8 jefes, 70 oficiales y guardiamarinas y 1.754 entre clases y marinería" (10). Ya en Santander, Rafael solicitó pasaporte a Cartagena (11).

Llegada a España de liberados menorquines.


Por “El Noticiero” de Barcelona de 26 de septiembre de 1898 se supo que el día 22 del mismo mes, a las 10:15, llegó a Bilbao el segundo jefe de la escuadra de Cervera, Paredes Chacón. También lo hicieron, de paso para Zaragoza y Mahón, los maquinistas del “Infanta Maria Teresa” José Vila, Teodoro Alijer, Francisco Morris y José Alsina así como el condestable, Ramón Pons, los músicos contratados, Rafael Barceló, Francisco Martínez y Manuel Crespo y el barbero del “Almirante Oquendo”, Juan Sintes. Todos ellos rogaron al corresponsal de “El Noticiero” que hiciese patente su testimonio de gratitud por las atenciones recibidas en Santander y Bilbao, al tiempo que dirigían un saludo a sus familias y amigos
(12).

Llegada a Maó de los repatriados.


Sobre las 11 de la mañana del día 26 de septiembre de 1898 llegaron a Maó, en el vapor correo Menorquín, los repatriados procedentes de la escuadra Cervera. A pesar de la lluvia que caía, acudió numeroso público a recibirlos.

Una vez que el vapor hubo fondeado llegaron, a bordo de falúas, las comisiones de la Marina, de los cuerpos de la guarnición y del Ayuntamiento para saludar y ofrecer su ayuda a los recién llegados: Juan Serra, Ramón Pons y Jaime Obrador, condestables, Juan Sintes, barbero, Manuel Cespón, Bartolomé Palliser, Francisco Martínez, Rafael Barceló y Juan Sans, músicos y Antonio Melis, marinero
(13).

A pesar del estado en que había quedado el Infanta María Teresa después del combate, los americanos intentaron reflotarlo. Repararon lo imprescindible y se lo llevaron a remolque hacia la base de Norkfolk, pero una tormenta tropical provocó que tuvieran que cortar los cabos del remolque y quedó a la deriva durante unos días, hasta que finalmente embarrancó en Cat Island (Islas Bermudas). Intentaron recuperarlo nuevamente pero no les fue posible y lo dieron por perdido.

Al día siguiente de la llegada de los náufragos, El Bien Público trataba de los acontecimientos en las colonias, especulando sobre la fecha en que continuarían las repatriaciones y sobre los preparativos para recibir a los enfermos. También comentaba la cesión de diversos locales para hospitales provisionales en Barcelona, Valencia y Málaga, etc.

Portada de El Bien Público
Portada de
El Bien Público
(Foto 7)
  

La prensa menorquina en el Bien Público de día 30 de setiembre (14), se hace eco de los acontecimientos en las colonias, especulando sobre la fecha en que se producirían las repatriaciones y sobre los preparativos para recibir a los enfermos. También comenta sobre la cesión de diversos locales para hospitales provisionales en Barcelona, Valencia y Málaga, etc.


En ese mismo número, en un artículo titulado “Lo que dicen los repatriados” escriben: “Mucho de lo que nos refirieron los que ayer llegaron lo conocen desde hace tiempo nuestros lectores.
Algo de lo que se nos dijo no podemos publicarlo, nuestros lectores ya sabrán por qué. Sin embargo, debemos repetir que los que escaparon con vida del combate de Santiago y quedaron prisioneros a bordo de los buques de guerra yanquis lo pasaron muy mal, tan mal que en el “Harward” se les hacinó en un departamento del barco.
Allí, desnudos, amontonados, se asfixiaban.
Uno de ellos se atrevió, para aspirar un poco de aire, á acercarse á la cuerda que los separaba del resto de los tripulantes, cayendo muerto de un balazo.
Al oír la detonación y creyendo nuestros “humanitarios” enemigos que se trataba de una sublevación, se oyó, una descarga cerrada.
Cayeron otros cinco para no levantarse más, resultando 15 heridos, algunos de ellos de tanta gravedad que fallecieron cuatro al día siguiente.
La confusión que se produjo fue indescriptible y los ayes y lamentos de las víctimas no hallaron eco en los empedernidos corazones de los yanquis.
Enterado de lo que ocurría el médico del acorazado “Almirante Oquendo” D. Salvador Guinea, que se hallaba a bordo del “Harward”, increpó la conducta de los yanquis. Amenazándosele con llevarlo a la barra.
Por fin pudo convencer a alguno de los jefes de que era preciso que acudiera en auxilio de sus compatriotas, y al llegar al sitio donde ocurrió la hecatombe, los infelices prisioneros exclamaban:
-¡D. Salvador, que nos asesinan!
- Calmaos, hijos míos, -contestó
Acto seguido reclamó el auxilio de los médicos de á bordo, que no le atendieron.
-¿Hay alguien aquí que quiera ayudarme á curar á los heridos?
-Yo; contestó un camarero inglés.
-Me alegro que no sea usted yanqui, repuso el señor Guinea, pues así nada tendré que agradecer á esta gente.
Los que nos han referido este hecho, testigos presenciales de él, creen como un deber de conciencia tributar un testimonio de gratitud hacia el citado facultativo de la armada, que se multiplicó en aquella terrible noche (4 de julio) para asistir a los marineros heridos, algunos de los cuales le deben la vida.
Después parece que se les dio mejor trato.
Sin embargo, durante tres días paseó el“Harward” a la vista de los buques de nuestra escuadra, destrozados en la costa de Santiago de Cuba.
Es decir, que después de martirizados, les pusieron el “Inri…”.

Si bien este artículo no deja en muy buen lugar el trato otorgado por los americanos a los prisioneros, no podemos olvidar que el hecho narrado sucedió el día 4, el día siguiente del combate, y los ánimos debían de estar todavía muy caldeados. Por otra parte, en la bibliografía consultada, se cita el buen trato recibido por jefes, oficiales, enfermos y demás prisioneros.

Medalla Campaña de Cuba

Medalla del Ejército de Operaciones de la campaña de Cuba época Alfonso XIII
Medalla del Ejército
de Operaciones de la campaña
de Cuba época Alfonso XIII
(Foto 8)
Para compensar las penalidades que sufrieron el Ejército y la Armada en la Campaña de Cuba, la Reina Regente María Cristina de Habsburgo, ordenó la creación de una medalla conmemorativa (Real Decreto de 1 de febrero de 1898).

Rafael fue distinguido con esa medalla. Es de bronce con la inscripción “Campaña de Cuba 1895-1898.” Está toda ella rodeada por una corona de laurel, excepto en la parte superior en la que lleva una corona dorada con una pequeña cruz encima. No tiene cinta, ni enganche y en el reverso no aparece ninguna inscripción.

Causas de la derrota

La derrota y pérdida de Cuba fue debida a diversos motivos entre los que podemos destacar:
 
- La Armada estaba en guerra desde hacía unos 30 años, con el consecuente desgaste y cansancio de sus hombres.
 
- De tiempo atrás Estados Unidos venía mostrando un gran interés por Cuba, tanto a nivel comercial como geopolítico. Incluso hubo intentos de comprar la isla, cosa a la que España se negó siempre.
 
-Hundimiento del buque norteamericano Maine, del cual se culpó falsamente a los españoles, lo cual se convirtió en la excusa perfecta para la guerra por parte de Norteamérica. 

- Superioridad de la Armada norteamericana sobre la española. Tanto la marina como el ejército español contaban con escaso material y no en muy buenas condiciones. Además el número de fuerzas era desproporcionado, con desventaja para España.

- España no tenía en las Antillas una base suficientemente potente para reparar averías o para abastecerse de carbón, agua, municiones y consumo a bordo.

- Los buques españoles estaban construidos con mucha madera, lo cual hacia muy difícil la extinción de incendios.

- Decisiones y órdenes poco acertadas por parte del Gobierno Español.

Almirante Pascual Cervera Topete

No podemos dejar este episodio histórico sin referirnos al Almirante Pascual Cervera Topete. Nació en Medina Sidonia el 18 de febrero de 1839. Entre los hechos más destacables de su vida podemos mencionar que estuvo en Filipinas en varias ocasiones, desempeñando diversos cargos. Fue nombrado ministro de Marina en 1892 con el Gabinete Sagasta. Se le otorgó el cargo de almirante jefe de la Escuadra de Operaciones en el combate de Santiago de Cuba. En 1901, fue nombrado jefe del Estado Mayor Central de la Armada. En el año 1903 fue nombrado senador vitalicio por el gobierno presidido por Raimundo Fernández Villaverde. En 1905 se hizo cargo de la Capitanía General de El Ferrol. Su último cargo fue de jefe del Departamento Marítimo del Ferrol en el año 1906. Murió el 3 de abril de 1909.

Sus opiniones y decisiones con respecto a la batalla del 3 de julio de 1898 en Cuba han sido motivo de controversia entre los que han estudiado su figura. No estuvo de acuerdo con muchas de las decisiones políticas y órdenes que le llegaban del Gobierno en relación al conflicto. Consideraba que no estaban preparados para la lucha, que nuestro ejército y armada estaban extenuados después de una lucha tan larga y que la escuadra norteamericana era muy superior a la española.
 
El mes de septiembre de 1898 se le sometió a un juicio militar del que resultó absuelto. Publicó el libro “Colección de documentos”, en el que justificaba todo lo sucedido.
 
Su figura ha sido motivo de numerosa bibliografía y ha provocado todo tipo de opiniones. Ha tenido detractores y también defensores. Ha sido tratado de indeciso, derrotista, fatalista y se ha criticado su estrategia, pero también ha sido calificado de héroe, de visión realista y de muy humano en relación con el trato dado a sus hombres. 
 

Descanso en Menorca en 1899

Tras los acontecimientos de Cuba y su paso por Cartagena, llegó a Mahón a finales de septiembre de 1898, en situación de permiso extraordinario, como gracia de la Reina Regente, María Cristina de Habsburgo Lorena.
 
Certificado baja en Habilitación Menorca
Certificado baja en
Habilitación Menorca
(Foto 9)
Tenemos constancia de que estuvo en Menorca hasta el 4 de febrero de 1899 por un certificado expedido por Francisco Rada y Socias, interventor de la Sección Torpedista de Mahón, que informa de su baja en esa Habilitación: "... el músico contratado Rafael Barceló Fiol, con treinta y dos pesetas cincuenta céntimos mensuales de sueldo es baja en esta Habilitación en el día de hoy por haber sido destinado á disposición del Excmo Sor Comandante Gral de la Escuadra de Instrucción... en Mahón a cuatro de febrero de mil ochocientos noventa y nueve...". El citado documento lleva el sello de la "Habilitación de Marina de la Provincia de Menorca".

El atentado contra Alfonso XIII

Según lo relatado por el propio Rafael a Miguel Barber Barceló, el 31 de mayo de 1906 participó en las celebraciones de los esponsales de Alfonso XIII y Victoria Eugenia de Battenberg. Salió de Cartagena con destino a Madrid, al frente de sus músicos, con la columna de desembarco que había de representar a la Marina. 
 
Al paso de la carroza real por la Calle Mayor, el anarquista Mateo Morral lanzó un ramo de flores con una bomba. Hubo varios muertos y heridos. 
 
Los músicos estaban situados en esa misma calle, a la espera de que pasara la comitiva real para rendirle honores. Momentos antes del atentado, un jefe del Ejército de Tierra, encargado de la organización de las paradas, hizo retroceder un centenar de metros escasos a la representación de la Marina. Al momento de pasar la carroza real y exactamente ante dónde estaban situados inicialmente los marinos, se produjo la explosión. Se salvaron de milagro, aunque por la proximidad sufrieron el trastorno y las consecuencias del pánico que se extendió entre el público.

En la carta que le remite su hermano Juan, fechada en julio de ese año, hace referencia al suceso: “Mahón, á 5 de junio de 1906. Querido y apreciable hermano no se como explicarte la alegría que hemos tenido, al tener tu carta del día 1º al saber que no has tenido novedad con tanto desastre que á habido en Madrid, puedes dar gracias a Dios. Has tenido mucha suerte, lo cual te felicitamos, el estar 40 pasos de la explosión y no tener novedad…”.

En octubre de 1906 “El Bien Público” daba la noticia de que el acorazado Carlos V recaló en Maó y que la música, dirigida por Rafael, ofreció un concierto en el paseo de Isabel II. Destacaba esta publicación la acertada dirección de las piezas interpretadas Su selección nos da una idea de los gustos de la época
(15):
  • El puñao de rosas. Chapi.
  • La gatita blanca: fantasía. A. Vives.
  • Aires andaluces. Popurrí. Lucena.
  • El amigo del alma. Mosaico. Vives
  • Alter the Ball . Wals. Chavas
  • Regreso. Pasodoble. Roig.

Escala en Argentina

En el año 1910 se celebró el primer centenario de la Independencia de la República Argentina. España envió como representante a la infanta Isabel de Borbón, junto con una delegación, a bordo del trasatlántico Alfonso XII. Esta nave iba custodiada por el crucero Carlos V y la corbeta Nautilus. Rafael se desplazó con su agrupación a ese país a bordo del Carlos V y asistió al gran desfile militar al frente de nuestra columna de desembarco de Infantería de Marina. (16)(17)

Nos podemos hacer una idea sobre la importancia de la música en el transcurso de los actos que tuvieron lugar a través de lo que nos cuenta María Rosa Jordán (19) "... Un día más tarde (18 de mayo de 1910) cuando el navío se acercaba a las aguas del Rio de la Plata, se recibió el siguiente telegrama "¡Salve noble España¡ "Bienvenidos seáis a la Argentina" Retumbaron entonces las salvas de las escuadras argentinas y extranjeras: la revista naval constituyó un espectáculo de inusitada grandiosidad, cuarenta y dos buques de guerra enarbolaban las banderas de ambas naciones a los sones de la música, los hurras de los tripulantes y de los millares de españoles, que, con alegría y emoción, saludaban a la Augusta Dama. En el muelle aguardaban el Presidente de la Nación Argentina..." Llegada la hora de la partida: "...Las tropas estaban formadas durante todo el trayecto, la Artillería disparó las salvas de ordenanza y varias bandas militares ejecutaron la Marcha Real y el himno nacional argentino...".

Por otra parte, “El Bien Público” de junio de 1910 tuvo acceso a una carta llegada de Buenos Aires, fechada el 26 de mayo, en la que se daban detalles de las fiestas del Centenario y se explicaba que entre los festejos sobresalió, como uno de los más brillantes, la gran parada de todas las fuerzas militares y la de la Marina Española. Las primeras tropas que desfilaron por delante del presidente y de la Infanta Isabel fueron las norteamericanas, seguidas de las francesas y, en tercer lugar, las de la Marina Española. Al pasar estas últimas se dieron entusiastas vivas a España, que no cesaron mientras duró el desfile de nuestros marinos. Y continuaba el períodico: “... La Banda de Música del acorazado español “Alfonso XII”, dirigida por nuestro paisano don Rafael Barceló ejecutó el pasodoble de los bohemios, que fue recibido con una estruendosa ovación como muestra de simpatía a nuestro arte nacional. El general, los jefes y la oficialidad de la Marina Española felicitaron afectuosamente al señor Barceló (18).

Campaña del Rif

Acorazado Pelayo
Acorazado Pelayo
(Foto 10)
A principios del siglo XX nos encontramos con una nueva guerra en Marruecos. Los repetidos 
conflictos en esa zona acontecidos durante años, habían diezmado considerablemente el ejército español y provocado conocidos disturbios en España a raíz del continuo envío de tropas. Durante todo este prolongado espacio de tiempo fueron alternándose períodos de guerra y de paz.

Los acontecimientos más destacables son:
- 1859-1860, primera guerra de Marruecos.
- 1909, guerra de Melilla con enfrentamientos entre las tropas españolas y las cabilas del Rif.
- 1911, levantamientos de los rifeños contra los españoles, siendo uno de los hechos más destacados el desembarco en Larache por parte de la infantería de marina. 
- 1920-1927, segunda guerra de Marruecos, también denominada guerra del Rif. Los acontecimientos más conocidos de este periodo son, entre otros, la campaña de Annual, en 1921 y el desembarco de Alhucemas en 1925, en el que nuestra armada colaboraría con el ejército.

Medalla Campaña
del Rif 1909
(Foto 11)
Nuevamente nuestro biografiado se habría de ver inmerso en estos sucesos y fue a raíz de su participación por lo que se le concedió la medalla de la Campaña del Rif de 1909. Si bien no se puede precisar la extensión de su estancia en Marruecos, sí sabemos que en 1911 estaba
en Melilla, embarcado en el acorazado Pelayo, tal y como se confirma en una carta remitida por su familia.
 
El Pelayo participó activamente en la guerra de Marruecos a partir de 1907 hasta al menos 1913, aproximadamente. Este buque estuvo navegando por la costa marroquí y concretamente, en 1911, estuvo en Melilla, Tánger y otras zonas de esa costa. Participó en el bombardeo de varias posiciones enemigas apoyando al ejército, como en Alhucemas. En 1912 realizó un simulacro de desembarco en Melilla como fórmula de distracción para las cabilas que atacaban la zona.(20) (21)

Cruz de Plata al Mérito Naval

Cruz de Plata del Mérito Naval con distintivo Rojo
Cruz de Plata
del Mérito Naval
con distintivo Rojo
(Foto 12)
Por su participación en esta contienda, según cédula de 20 de mayo 1914, se le concedió la Cruz de plata del Mérito Naval, con distintivo rojo, sin pensión: “... al músico contratado, Rafael Barceló, en los servicios prestados durante la campaña del Rif, perteneciendo al Estado Mayor de la Escuadra y en virtud de lo dispuesto en Real Orden de treinta y uno de julio último (1913)... la Cruz de plata del Mérito Naval, con distintivo rojo, sin pensión...”.
La condecoración es de plata con forma de cruz latina y con el fondo esmaltado en rojo. En la parte superior lleva una corona real calada, sobre ella un mundo atravesado por una anilla circular y, sobre éste, una cruz con una anilla de la que sale una cinta, que pasa por una hebilla prendedor, con los colores de la bandera de España colocada verticalmente. En el centro de la cruz hay un ancla de plata. El reverso es liso, sin inscripción. (22)

Cédula Cruz de Plata
del Merito Naval
con distintivo rojo
(Foto 13)
 














Director de banda

A bordo del acorazado España en 1916
(Foto 14)
Como testimonio de sus éxitos artísticos hay que mencionar la gacetilla de El Correo Gallego de 20 de octubre de 1916, en una columna de la página principal denominada "El Sr. Urdáiz en Ferrol" y firmada por "UN REPÓRTER". Relata la visita de Angel Urdáiz, ex ministro liberal por Vigo y menciona que visitó el acorazado España: "
.... acompañado de muchos amigos (se refiere a Urdáiz) se dirigió al acorazado "España". Fue recibido allí por el comandante general de la Escuadra señor Moreno Eliza, el jefe del Estado Mayor y Comandante del España señor Flórez y segundo jefe del citado buque señor Pita .... Algo de música. Sobre cubierta tocaba la música de la Escuadra. Es poco numerosa, pero afinadísima. La dirige un mallorquín, D. Rafael Barceló -el apellido suena a ilustre de la Marina- que es un músico muy competente y de gusto depurado. El cronista pidió a D. Nicasio que la música ejecutase algún número de alegría, y sonaron las melodías juguetonas de La viuda alegre, escuchadas fervorosamente por un público de marineros y por el que escribe estas líneas, verdaderamente encantado de la afinación y gusto con que interpretada la música de Lahar...". (23)

Como podemos ver la confusión entre las islas de Mallorca y Menorca ha sido siempre una constante.

Durante muchos años llevó la dirección artística de la banda en sustitución del director titular, percibiendo la gratificación especial correspondiente. En muchas ocasiones, salvo en raras y cortas excepciones, la plaza de músico mayor estaba vacante. Es probable que los directores prefirieran otros destinos menos sacrificados que no implicaran el alejamiento de sus familias.
 
Una de sus obligaciones como director era la clase de composición que daba diariamente.

Clases a músicos de la Marina, Cartagena 1915
Clases a músicos de la Marina,
Cartagena 1915
(Foto 15)
La imagen de la izquierda es una curiosa postal enviada por su amigo Manuel García, desde Cartagena el 15-03-1915, que representa unas clases a músicos de la Marina, con la peculiaridad de que, si la observamos con detenimiento, se trata de un trucaje de la época con una misma persona vista desde diferentes ángulos.


 

Renuncia a su contrata y posterior nombramiento como músico de 1ª clase

Al biografiado se le iba agotando la vida activa y su futuro había de parecerle poco esperanzador, pues como contratado carecía de derecho pasivo alguno, por lo que elevó instancia en la que solicita se hagan extensivos a los músicos de su clase los beneficios que, por aquel entonces, disfrutaban los músicos de 1ª y 2ª clase de Infantería de Marina. Por todo ello en boletín de 30 de marzo de 1918 y como resultado de la instancia presentada deciden que: “... considerando que a los músicos de la Armada se les hicieron extensivos por real orden de 18 de marzo de 1905 los beneficios que tanto en activo como en pasivo disfrutaban entonces los de Infantería de Marina… se ha servido resolver que se les conceda a los músicos de la Armada los mismos derechos y beneficios que los que actualmente disfrutan los de Infantería de Marina, debiendo antes renunciar los contratados a sus derechos en todo y colocarse en las mismas condiciones de músicos de 1ª y 2ª clase que tienen los de Infantería de Marina, que deberán solicitar”. (24)
 
En consecuencia, presentó una instancia en la que hace renuncia expresa de su contrata y de todos los derechos que como músico contratado puedan corresponderle. Se accede a su petición el 4 de junio de 1918, quedando como músico de primera clase de la Escuadra con los beneficios que se conceden a los de Infantería de Marina, con asimilación de brigada y sueldo de 150 pesetas mensuales. (25)
 
Nombramiento músico primera clase
Nombramiento músico
primera clase
(Foto 16)
El documento del nombramiento como músico de primera clase de la Escuadra de Instrucción de la Armada es de fecha 24 de julio de 1918 contando su antigüedad desde 31 de mayo de 1918.















Relaciones con personalidades

Su afabilidad, honestidad y capacidad, le granjearon la simpatía y estima de compañeros y superiores, con alguno de los cuales trabó cordial amistad que conservó durante toda su vida. El hecho de estar adscrito al buque insignia y ejercer, en muchas ocasiones, como director le permitía tratar a interesantes personajes de los que guardaba grato recuerdo.

La reina regente María Cristina
(Foto 17)
Al respecto, en septiembre de 1899, en una carta escrita a sus padres, Rafael cuenta que llegó a San Sebastián a bordo del acorazado “Carlos V” y que, al día siguiente de su llegada, fue a visitar el buque de S.M. la Reina Regente. Al saber ésta que Barceló había pertenecido a la música de la escuadra de Cervera, lo llamó y estuvo hablando con él. Le recordó cuando la música estuvo en Madrid y Bilbao y le preguntó por varios de los músicos que en aquella ocasión formaban parte de la misma.

Además S.M. María Cristina le dirigió varias preguntas relativas al servicio marítimo y propuso regalar a la música un nuevo repertorio en sustitución del antiguo que se extravió durante la campaña de Cuba. Quedó sorprendido de que la reina se acordara de todo con tanta minuciosidad.

Contaba también la impresión que le produjo la presencia del Rey, que se encontraba a bordo acompañando a la reina. Comentaba que “es de mirada penetrante y expresiva, listo y vivachon”.

Añadía la carta que el acorazado “Carlos V” permanecería en San Sebastián unos 8 días, para marchar luego a Ferrol y entrar en dique seco para reparar el timón (26).

Cuando SS.MM. veraneaban a bordo de su yate real “Giralda” eran custodiados por buques de guerra, entre ellos el buque insignia, el cual contaba con la banda de música que tomaba parte en todos los actos y festejos que ofrecían o a los que concurrían los reyes. Esta circunstancia le granjeó la simpatía y amistad de la Reina madre, soberana muy entendida en música, que gustaba discutir con él temas musicales y sustituirlo en la batuta cuando la Banda ensayaba (anécdota comentada en la familia del músico).

Retribuciones

Durante sus 36 años de vida profesional recibió varios "premios de constancia", también denominados "de premio y ventaja". Tales premios se concedían, mediante cédula, a quienes habían sido constantes en el servicio y mantenido una conducta intachable. En dicha cédula se especificaba que las cantidades percibidas eran sobre su actual contrata, y que se le debía de tratar “con la distinción y aprecio que merece”. Estos son los que he podido documentar:
  • 7 de diciembre de 1907 - Premio y ventaja de 22 pesetas con 50 céntimos mensuales sobre su actual prestación
  • 11 de febrero de 1908 - Se le conceden 30 pesetas al mes que habrá de disfrutar desde el 1º de octubre de 1907.
  • 10 de marzo de 1908 - Se le concede el premio de constancia de 3 pesetas mensuales sobre su actual prestación.
  • 18 de julio de 1912 - Premio de constancia de 37 pesetas con 50 céntimos al mes del cual habrá de disfrutar desde 1º de noviembre de 1911.
  • 26 de octubre de 1916 - premio a la constancia de 45 pesetas mensuales, que deberá percibir desde la revista de septiembre.


Habilitación Acorazado Alfonso XIII
Habilitación Acorazado Alfonso XIII
(Foto 18)
Detalle de su nómina en septiembre de 1919, como músico de primera en el acorazado Alfonso XIII:
       
Sueldo del mes                                   195,00   pts.
Indemnización del id. de                      39,60   pts.
Gratificación de dirección artística      44,00   pts.
TOTAL  278,60   pts.
 
Descuento en sellos           0,10   cts.
TOTAL a percibir 278,70   pts.


 

Destinos

Puerto de Cartagena 1919
Puerto de Cartagena 1919
(Foto 19)
Durante sus 36 años de vida activa y al pertenecer al Estado Mayor siguió las vicisitudes del buque insignia, por lo que embarcó en diferentes naves tales como los cruceros Infanta María Teresa, Carlos V, Pelayo, España y Alfonso XIII .

Siguió todas las vicisitudes del buque insignia en el transcurso de su vida activa, recorriendo no solo puertos españoles tales como Cartagena, Ferrol, Vigo, Melilla, Cádiz, etc., sino también muchos otros puertos de África y Ultramar.

Pase a la reserva y retiro

Baja Comandancia General de la Escuadra
Baja Comandancia
General de la Escuadra
(Foto 20)
 
En el año 1919 llegó el fin de su vida profesional. En escrito del jefe del Estado Mayor, de fecha 3 de septiembre de 1919, se le comunica cause baja con fecha fin de agosto último, antes de la revista administrativa de ese mes. Especifica que cesa de prestar sus servicios en la Banda de Música de la Escuadra y se trasladará a Mahón, punto en que ha fijado su residencia.
 
El 29 de octubre 1920, en carta de la Comandancia General de la Escuadra de Instrucción le comunican que se ha acordado clasificarlo en la situación de retirado con el haber mensual de 135 pesetas que debía empezar a percibir desde el primero de septiembre del año último. Así, el 1 septiembre de 1919 fue retirado forzoso, después de 36 años de navegación y a los 53 de edad.

Como se puede apreciar la jubilación menguó de forma importante sus ingresos ya que los pluses que pudiera recibir por la dirección de la banda, por los premios de constancia que iba recibiendo y por navegar a Ultramar engrosaban y no poco, el sueldo.

Regreso a Mahón

Tarjeta de identidad clases pasivas
Tarjeta de identidad clases pasivas
(Foto 21)
Establecido nuevamente en Mahón se refugió en el seno de su familia y disfrutó de su bien merecido retiro.

Murió el 8 de marzo de 1939.

Aparte de las efemérides extraordinarias reseñadas, el resto de su vida profesional, tanto militar como artística, fue normal y rutinaria, cuidando de perfeccionar su agrupación y atendiendo a los actos de servicio reglamentarios.

Conclusiones y consideraciones

Con todo lo relatado, uno no puede dejar de preguntarse cómo fue su vida, es más, como era la vida de un músico de la Marina. Las relaciones familiares y de amistad debían de ser complicadas, con el mar y la distancia de por medio. La comunicación era por carta y ésta llegaba cuando muchos de los acontecimientos relatados ya habían sucedido. Así sucedió con la muerte de su padre, del que no pudo despedirse, ya que cuando se enteró ya había fallecido.
Carta dirigida a Rafael
"donde se halle"
(Foto 22)

Prueba de la incertidumbre en la que la familia se hallaba siempre sobre su destino es que en algunos sobres de las cartas a él dirigidas en muchas ocasiones se escribía: “Rafael Barceló Fiol, músico contratado del crucero ... en Cartagena (o donde se halle).”

Es de suponer que en estas situaciones uno acaba refugiándose en las personas que tiene a su alrededor y que algunos de estos acaban convirtiéndose en parte de su familia. Por algunas cartas podemos ver que mantuvo contacto con varios de sus compañeros una vez retirado. Éstos le mantenían al día de las novedades.

En las ocasiones en que participaban en una guerra, el miedo les tenía que acompañar. Así sucedió probablemente, el del 3 de julio en Santiago de Cuba, en el crucero Infanta María Teresa: estar en el medio de un combate, ver que el buque en el que estaba embarcado era alcanzado por los disparos de los barcos enemigos, que se producían incendios en las calderas, que habían encallado, teniendo que llegar a la playa a nado y perdiendo todas sus pertenencias. Una situación así ha de producir una gran sensación de desamparo.
 
Miedo también debían de sentir cuando fueron apresados por los americanos, al menos hasta que no supieron cómo iban a ser tratados y a donde les iban a llevar. Llegaron a un país desconocido, con un idioma diferente y en el que tuvieron que vivir como pudieron, hasta que fueron liberados y repatriados a España. Ya no hablemos de sus sentimientos al regresar a España cuando leían, los que sabían leer, que la prensa juzgaba los hechos con la ligereza de quien no los ha vivido, o lo que es peor, experimentaban el poco apoyo de los políticos y la Administración, que eran quienes deberían responder ante su precaria situación.

Maquina de estriar piedras trabajando en el Canal de Panama
Máquina de estriar piedras
trabajando en el Canal de Panamá
(Foto 23)
Un dato curioso, por su contenido, es la carta que le dirige un tal Juan Rodríguez, fechada el 28 de mayo de 1921, y que aparece junto al resto de documentación. Le dice que escribe desde América donde llevan desde el mes octubre para arreglar una gran avería del barco en que navegaba. Van al Centenario de Magallanes y entre otras cosas dice: "...Barceló el Canal es una cosa tremenda, obra nunca vista y grandiosa esa exclusa que hoy eso para verlo. Cuando lo pasamos no quedamos tonto, esta gente van a la cabeza de los ingleses...". La carta lleva el sello de la Sociedad Española de Beneficencia. Panamá y adjunta algunas fotografías.

De este modo, con la tranquilidad propia del Mahón de la primera mitad del siglo XX, interrumpida por la Guerra Civil, y supuestamente con los recuerdos de sus años como marino y músico acabó de pasar su vida. Nunca sabremos si con añoranza, pero me atrevo a decir que sí, con la satisfacción del deber cumplido.

Bibliografía


Prensa


Fotos

  1. Retrato Rafael Barceló Fiol. Colección personal.
  2. Retrato de Rafael Barceló Fiol. Colección personal.
  3. Rafael Barceló Fiol en 1895. Colección personal.
  4. Rafael Barceló como clarinetista de la Banda de la Armada (El 6º de la fila superior empezando por la izquierda). Fotografía tomada en Ferrol sin indicación del año, que se puede estimar entre 1916 y 1918. Colección personal.
  5. Certificado de embarque en el Crucero Infanta María Teresa. Colección personal.
  6. Cuadro del Enfrentamiento entre el Crucero Infanta Mª Teresa y el Brooklyn. Imagen cedida por la web Almirante Cervera .
  7. Portada de El Bien Público. Biblioteca Virtual de Prensa Histórica. Ministerio de Cultura y Deporte. 
  8. Medalla del Ejército de Operaciones de la campaña de Cuba época Alfonso XIII.
    Colección personal.
  9. Certificado baja en Habilitación Menorca. Colección personal.
  10. Postal Acorazado Pelayo. Colección personal.
  11. Medalla Campaña del Rif de 1909 (anverso). Colección personal.
  12. Cruz de Plata del Mérito Naval con distintivo Rojo. Colección personal.
  13. Cédula Cruz de Plata del Merito Naval con distintivo rojo. Colección personal.
  14. A bordo del acorazado España. Postal de 1916. Colección peresonal.
  15. Postal músicos de la Marina, supuestamente en clase. Cartagena 1915. Colección personal.
  16. Nombramiento músico primera clase. Colección personal.
  17. Reina María Cristina. Colección personal.
  18. Documento de Habilitación Acorazado Alfonso XIII. Colección personal.
  19. Postal del Puerto de Cartagena 1919. Colección personal.
  20. Documento de Baja Comandancia General de la Escuadra. Colección personal.
  21. Tarjeta de identidad clases pasivas. Colección personal.
  22. Carta dirigida a Rafael. Colección personal.
  23. Postal de máquina de estriar piedras trabajando en el Canal de Panamá. Colección personal.


Notas

  1. Barber Barceló, Miguel. Sobre la famosa orquesta operística mahonesa. Ateneo Científico Literario y Artístico de Mahón. Época Séptima. Tomo II. Cuaderno IV. Separata de la Revista de Menorca, 1962. Pág. 396.
  2. Nave desde la que un comandante, generalmente almirante, dirige una flota.
  3. Buenaventura Pons, Alfonso. Biblioteca Marítima menorquina. Archivos, publicaciones, imágenes del mundo del mar de Menorca. Puerto de Mahón un siglo de historia. Diario de Navegación. La actividad del puerto de Mahón entre 1871 y 1970. Libro 2. Diario de navegación 1881-1885.
  4. Miranda Freire, Francisco Javier. “Eduardo de Arana Fernández y la creación de las bandas de música de Infantería de Marina”. Revista de Historia Naval. Nº.151. 2021. ISSN: 2530-0873 (Edición en línia) RHN. 05. Págs. 113-132.
  5. Cervera Fantoni, Angel Luis. El desastre del 98 y el fin del Imperio Español: Visión inédita del Almirante Cervera. Editorial Sekotia. 2021. Págs. 182-183.
  6. Foro Todoavante de Historia Naval de España
  7. El bien público de 18 de agosto de 1898.
  8. El liberal de 19 de agosto de 1898 / El bien público de 26 de septiembre de 1898.
  9. El sitio web del Centenario de la Guerra Hispanoamericana.
  10. Cervera Fantoni, Angel Luis. El desastre del 98 y el fin del Imperio Español: Visión inédita del Almirante Cervera. Editorial Sekotia. 2021. Págs. 246.
  11. Documento utilizado por las autoridades militares para controlar y facilitar la movilidad entre sus miembros.
  12. El bien público de 26 de septiembre de 1898.
  13. El liberal de 29 de septiembre de 1898.
  14. El Bien Público 30 de septiembre de 1898.
  15. El bien público de 3 y 5 de octubre de 1906.
  16. Ferrera de Castro Fernández, Jesús. Protocolo y Ceremonial. Actos de celebración del Centenario de la Revolución de mayo de 1810 en Argentina. Universidad de Sevilla. Facultad de Comunicación. Departamento de Comunicación Audiovisual, Publicidad y Literatura Trabajo de Fin de Grado. Págs. 35-37.
  17. Font Betanzos, Francisco. Unas anotaciones sobre la construcción y botadura del crucero Emperador Carlos V. Revista de Historia Naval. Año XXXIII. 2015. Núm. 129. Instituto de Historia y Cultura Naval.Armada Española. Pág. 53.
  18. El bien público de 20 de junio de 1910.
  19. Jordá, María Rosa, La corona española y Argentina a los cien años de su independencia (1810-1910), La Alcazaba. Revista Sociocultural, 31 de julio 2018.
  20. Foro Todoavante de Historia Naval de España. Historia Naval de España. Tratando de escribir y dar a conocer la Historia Naval de España. Artículos guerra África.
  21. Rozada Martínez, José Cronista oficial de Parres. Sobre el acorazado "Pelayo”. Aún se conserva en Covadonga el armario que guardaba la bandera de combate. La Nueva España. 2016. 
  22. Herranz Ybarra, Rafael. Las Condecoraciones de la Guerra de Marruecos, 1909-1927. Subdirección Gral. Patrimonio. Ministerio de Defensa. Historia. Akros 06. Págs. 132-133.
  23. El Correo Gallego. Decano de la prensa provincial, de 20 de octubre de 1916. Año XXXIX. Portada.
  24. Oficial de la Marina 30 marzo de 1918 núm. 72.
  25. Diario Oficial del Ministerio de Marina, nº123, de fecha 04/06/1918. Año XIII
  26. El Bien Público de 1 de septiembre de 1899.